"Mi hija desconfía de la bolsa porque cree que ahí metes tu dinero y casi siempre lo pierdes. En términos generales no le falta algo de razón si atendemos a las cifras que dicen que el 80 % de los inversores en bolsa tienen resultados peores que el mercado. El año pasado (por 2013) cobramos un seguro que habíamos abierto poco después de su nacimiento por un importe de 600 € y en el que luego no habíamos hecho ninguna aportación adicional. Después de un número no pequeño de trámites (el seguro era por un plazo de 10 años, algo que ninguno recordábamos, y estábamos más que pasados de fecha) finalmente nos hicieron una transferencia por importe de 686,10 €. Ante la renuencia de mi hija a perder su dinero (incluso le disgustaba mantenerlo en el banco porque los bancos acaban quedándose con tu dinero) le propuse hacer un experimento a 10 años. Consistía en comprar unas acciones por el mismo importe que le ingresamos en su cuenta y ver al cabo de ese tiempo qué opción había salido mejor parada. El objetivo era demostrarle que a largo plazo la mejor opción es siempre la bolsa y que, utilizando una estrategia de dividendo creciente, el interés compuesto se muestra en todo su esplendor (aunque he de reconocer que 10 años no es suficiente).
Al
mismo tiempo, quería que viese el efecto erosionador de la inflación y
cómo el valor del dinero se deteriora con el tiempo. Para ilustrar este
aspecto le propuse utilizar el índice Big Mac, como algo que pudiese resultarle cercano para evaluar el poder de compra de las dos alternativas.