viernes, 1 de enero de 2021

Resumen del mes de diciembre y balance del año 2020

Terminamos el sexto año de este proyecto y no es mal momento para hacer balance del año, de la evolución de la cartera y de la vida misma.

¿Qué nos ha traído hasta aquí?

Para explicar por qué estamos donde estamos tenemos que recapitular un poco, si queremos entender por qué empezamos este proyecto en 2015. Porque nuestra andadura inversora comenzó realmente en 2011 ó 2012 cuando contábamos con 44 ó 45 años. (Nota aclaratoria: Lo siento, me he acostumbrado a utilizar el plural mayestático, pero detrás de esto solo hay una persona). Ahora vemos en Twitter perfiles de gente con 20 años que ya está empezando a preocuparse por sus finanzas y tienen una cartera molona y no podemos sino sentir envidia por la precocidad que nosotros no tuvimos. Pero la vida es lo que es y nos ha traído a donde estamos. 

Antes de ese 2011 pudo haber varios momentos epifánicos en los que tal vez estuvo a punto de saltar la chispa, pero desgraciadamente ésta no llegó a prender. Recuerdo especialmente dos. Uno fue a mediados de los 90 cuando conocimos a una persona que invertía en bolsa y a partir de una conversación con ella tal vez consideramos que podía ser interesante. Sin embargo, finalmente creímos que la bolsa era algo a lo que había que dedicarle mucho tiempo, imaginándonos que habría que estar pendiente continuamente de las cotizaciones, tiempo que en aquellos momentos por cuestiones de trabajo no teníamos. El otro momento sería alrededor del año 2000, en un período en el que tendríamos algo de inquietud por el tema porque fuimos socios de la OCU y recibíamos las revistas Compra Maestra y Dinero y Derechos. Recordamos una cartera modelo que por aquel entonces tenía muy buenos resultados y una recomendación que nos desanimó: para empezar en bolsa había que tener un mínimo de 30.000 euros. No los teníamos, así que fin de la jugada. Desconocemos el daño que hayan podido hacer afirmaciones como esa.

Decíamos que habíamos empezado en 2011 ó 2012 y naturalmente empezamos mal, como creemos que tanta gente. Nuestro primer broker fue Oreyitrade porque era el que recomendaba la OCU por sus bajas comisiones (5 € por operación de compraventa en el mercado nacional, tal vez 10 $ en el mercado americano si recordamos bien). Aquella fue una época marcada por el graficador ProRealTime, el análisis técnico, las operaciones de corta duración y el uso de productos como los CFD (15 $ por operación en el mercado americano). Recordamos un año en el que pagamos alrededor de 800 € en comisiones. Pese a ello, milagrosamente no perdimos dinero, tampoco ganamos, y lo pasamos en ocasiones mal, con noches de mal dormir. No negamos que haya gente a la que pueda irle bien con semejante galimatías, pero por el amor de Dios, ¿todos tenemos que empezar cometiendo los mismos errores? El precio predice el precio, ¿en serio?

En 2013 leyendo a Hugo Ferrer descubrimos Interactive Brokers, cerramos todas las posiciones y nos cambiamos. Todavía anduvimos un tiempo operando en Fórex, pero poco a poco nos fuimos dando de bruces con la realidad. A finales de 2014 ya nos habíamos dado cuenta de que no podíamos vivir de operar de esta forma y nuestros objetivos fueron cambiandoDe querer dejar de trabajar por completo pasamos a tal vez podamos trabajar menos para terminar en, no nos engañemos, todo lo que vamos a poder conseguir es un complemento para la jubilación. Y para eso, invertir en acciones que pagan dividendos crecientes se convirtió en la estrategia con la que nos sentíamos más cómodos. Ya no más noches durmiendo mal. ¿Hay que pagar impuestos con cada dividendo cobrado? Sí, puedes reírte, pero es nuestro plan. 

En definitiva, nosotros habíamos empezado tarde y no íbamos a tener tiempo suficiente para conseguir un buen complemento para la jubilación, pero, ya que no para nosotros, en 2015 nos dijimos que tal vez pudiéramos crear un buen complemento para la jubilación de nuestra hija (nacida en 1999). Así nació este proyecto, que básicamente consiste en:

  • Realizar una aportación mensual, en estos momentos 600 €;
  • Convertir los euros en dólares, mejor cuanto más fuerte esté el euro;
  • Decidir cada mes qué acciones de empresas que pagan dividendos crecientes vamos a comprar;
  • Cobrar los dividendos y sumarlos a la aportación del mes siguiente, es decir, reinvertirlos;
  • Repetir todo el proceso.
El paso que consume más tiempo es el tercero: cada mes hay que decidir qué compramos. A veces envidiamos a los que se indexan y lo automatizan todo.

Balance del año 2020

Después de este preámbulo, volvamos a la actualidad porque un nuevo año ha transcurrido y ¡menudo año!