- Consumo básico: CL, CVS, GIS, HSY, KMB, KO, MO, PEP, PG, PM.
- Servicios públicos: SO, D, FTS, T.
- Salud: JNJ, PFE.
- Consumo discrecional: SBUX, DIS.
- Tecnología: V.
- Industrial: MMM.
- REIT: O.
- Energía: XOM.
Colgate-Palmolive
Es un clásico del sector consumo básico y un valor habitual en las carteras de inversión dirigidas a los dividendos crecientes. Empresa grande presa de los grandes números y, por tanto, con un crecimiento escaso. De hecho, en los últimos cinco años las ventas se redujeron casi un 2 % anual.
Colgate lleva 54 años de incremento consecutivo del dividendo, abona actualmente una rentabilidad del 2,3 % y el crecimiento anual del dividendo es de un 6,43 % en los últimos cinco años.
La tendencia de crecimiento del dividendo es absolutamente decreciente, pero el flujo de caja libre da de sobra para pagar el dividendo, ya que su payout es inferior al 60 %.
Además, del dividendo Colgate retribuye al accionista mediante un programa de recompra de acciones, que ofreció una rentabilidad adicional de 2,17 % en 2016.
Una empresa como Colgate nunca está barata. Calificación de riesgo crediticio AA-, ventaja competitiva amplia, más de 50 años de incremento del dividendo son hechos que hay que pagar con una prima. Salvo en la gran recesión, su precio nunca ha cotizado a un PER de 15, que es el que se justificaría por su crecimiento. En estos momentos cotiza muy próximo a su relación PER histórica.
Kimberly-Clark
A Kimberly-Clark le pasa algo parecido a Colgate. En los últimos cinco años sus ventas han tenido un crecimiento negativo de un -3,58 % anual.
La empresa crea valor para el accionista, pues su rentabilidad sobre el capital invertido es superior al coste medio ponderado de capital.
La retribución al accionista se realiza mediante el abono de dividendos y la recompra de acciones. Kimberly-Clark ha aumentado su dividendo de forma consecutiva en los últimos 45 años, paga una rentabilidad en estos momentos del 3,5 % y el ritmo de incremento del dividendo es de un 5,89 % anual en los últimos cinco años.
El programa de recompra de acciones le añade una rentabilidad adicional de un 1,90 %.
Si alguien se pregunta cómo es de seguro el dividendo de la empresa, no parece que tenga problemas para abonarlo de momento, pues su flujo de caja libre da para mantener los pagos.
La valoración actual de Kimberly-Clark parece más interesante que la de Colgate. También está cotizando en su PER histórica de alrededor de 18, frente al PER 24 de Colgate. No decimos que esté barata, pero el precio no cotiza en PER 15 desde 2011.
Coca-Cola
Coca-Cola es otro clásico del dividendo aquejado de los mismos problemas que Colgate y Kimberly-Clark. Decrecimiento en las ventas, creación de valor para el accionista, retribución al accionista mediante dividendos y recompra de acciones. Las ventas han disminuido un -3,37 % anual en los últimos cinco años. El beneficio neto lo ha hecho aún peor, pues se ha reducido un -7,77 anual en el mismo período de tiempo.
Coca-Cola crea valor para el accionista, como puede verse en la imagen siguiente, ya que paga por el dinero menos de un 6 % y obtiene un retorno superior al 14 %.
El accionista se beneficia de un dividendo que ha aumentado en los últimos 55 años. La rentabilidad actual es de un 3,2 % y el incremento del dividendo ha sido de un 7,73 % anual en los últimos cinco años.
Además del dividendo, Coca-Cola recompra acciones propias, lo que añadió una rentabilidad de un 1,15 % en 2016.
Sin embargo, el dividendo de Coca-Cola está alcanzando un límite preocupante. En el último ejercicio su flujo de caja libre se redujo en 1.500 millones de dólares y los dividendos alcanzaron casi el 93 % del mismo. No digo que Coca-Cola vaya a recortar el dividendo, pero sí que hay que seguir este dato en ejercicios futuros.
En cuanto a su valoración, tampoco Coca-Cola está barata. Cierto es que cotiza por debajo de su PER histórica y la empresa está cambiando su modelo de negocio para separar las actividades de embotellado. Quizá sea lo que necesite para reemprender el crecimiento.
Procter & Gamble
A primera vista, Procter & Gamble presenta una situación similar a las empresas que la anteceden. Decrecimiento de las ventas, creación de valor para el accionista, recompra de acciones, largo historial de años consecutivos de aumento del dividendo y, sin embargo, enlentecimiento en el ritmo anual de incremento del mismo.
Dos hechos hay que tener en cuenta. A finales de 2016 Procter & Gamble completó la venta de 43 marcas de belleza a Coty. Estas marcas suponían 5.500 millones de dólares en ventas en el ejercicio 2015, lo que explica en parte la caída en las ventas registrada en 2016. Además, este hecho tiene un impacto sobre el beneficio neto de 2017: el beneficio neto de operaciones continuadas es de 10.194 millones de dólares, mientras el beneficio neto total es de 15.326 millones de dólares, lo que recoge parte del pago de Coty.
Procter & Gamble crea valor para el accionista. De hecho, atendiendo al gráfico de rentabilidad y coste de capital parece que la venta a Coty ha mejorado sus cifras. Su coste de capital es de un 5,14 % y obtiene una rentabilidad sobre el capital invertido de un 14,55 %.
Procter & Gamble lleva 61 años de incremento consecutivo del dividendo, en estos momentos paga una rentabilidad de un 3,2 % y ha aumentado su dividendo un 4,77 % anual en los últimos cinco años. El último aumento anunciado por la compañía fue de tan solo un 1,5 %.
Además del dividendo, Procter & Gamble recompra sus propias acciones, lo que aporta indirectamente una rentabilidad adicional de un 2,37 %.
El dividendo está perfectamente cubierto por su flujo de caja libre, aunque el FCF payout, aunque es todavía inferior al 80 %, es el mayor de los últimos cinco ejercicios.
En cuanto a la valoración, nos encontramos una situación similar a los otros clásicos del dividendo. Procter & Gamble no está barata, nunca lo está. La última vez que cotizó a un PER de 15 fue en la gran recesión. Actualmente cotiza a 21,6, ligeramente por encima de su valoración histórica (20,6).
Conclusión
En esta evaluación de los cuatro primeros valores centrales que todavía no tenemos en cartera nos encontramos un grupo muy homogéneo. Empresas de gran capitalización del sector consumo básico, con muchos años de incremento consecutivo del dividendo (Kimberly-Clark es la que menos años lleva y atesora 45), aquejadas de problemas para que sus ventas crezcan, pero con flujos de caja libre holgados para seguir pagando el dividendo. La empresa que va más justa para pagar el dividendo es Coca-Cola, a la espera de reinventar su modelo de negocio. Ninguna está barata, pero Kimberly-Clark es la que ofrece mejor precio para entrar.
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