Para los que proponen la regla de los treinta segundos las inversiones se dividen en tres grupos. En el primero están las ideas que claramente no van a ir bien porque tienen una debilidad patente. Representan el 5 % de las opciones que se nos presentan y corresponden a aquellas inversiones que rechazamos instantáneamente. Antes de su declaración de quiebra en 2012, las cifras de Eastman Kodak llevaban años anunciando lo que vendría después.
En el segundo grupo están las inversiones intermedias, ni fu ni fa, ni carne ni pescado. Aquí están la mayoría de las inversiones, un 90 %, todas ellas plausibles, todas ellas con sus puntos fuertes y débiles, sin que ninguno de ellos alcance la potencia suficiente para que salte a la vista si va a ir bien o mal. La mayoría de los analistas se enredan en estas inversiones, pensando que una investigación profunda va a aclarar las cosas. Así que investigan los estados financieros, torturan los números y crean modelos complejos con el fin de conocer el destino de estas inversiones posiblemente atractivas. Nada como trabajar duro para pensar que habrá una correspondencia entre el esfuerzo y el resultado. Pero no merece la pena gastar tu tiempo y tus energías en tratar de descifrar si una oportunidad entre dos aguas tendrá éxito, no importa con cuánto detalle hagas tu análisis: nunca sabrás seguro si serán caballos ganadores. Wal-Mart Stores Inc ha presentado un crecimiento sostenido de los ingresos en los últimos nueve años, con una tasa anual compuesta del 4,90 %.
Las tripas de la cuenta de resultados de una compañía están en cinco líneas: ingresos, unas pocas categorías de gastos, pago de intereses, impuestos, beneficio neto y eso es todo.
Todo lo que necesitas para hacerte una impresión inicial informada de la empresa. No hay que ser un científico espacial para averiguar que el beneficio neto de Hershey, al margen de la crisis de 2008, ha crecido sostenidamente y no hay un montón de "miscelánea" para confundirnos.
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