domingo, 22 de noviembre de 2015

El enorme coste a largo plazo de mantener la liquidez

Russ Koesterich, estratega jefe de inversión global en BlackRock, afirma que las heridas provocadas por los últimos reveses bursátiles permanecen en la mente del pequeño inversor, a pesar de que han transcurrido 15 años desde la explosión de la burbuja de las punto.com y 8 años desde la crisis subprime. Como consecuencia de ello, los inversores minoristas mantienen un 40 % de sus activos en liquidez. Si bien esto es comprensible y prudente en el corto plazo, mantenerlo a largo plazo puede tener un coste muy alto, pues muchas familias tendrán problemas para financiar una jubilación cada vez más larga. 

En la encuesta 2015 BlackRock Global Investor Pulse realizada en 20 países a 31.100 personas (4.213 estadounidenses) se ponen de manifiesto algunos hechos interesantes. Hoy voy a detenerme sólo en el primer apartado, que hace referencia a la jubilación:
  • El 74 % de los encuestados son optimistas sobre la jubilación, pues se sienten financieramente seguros y preparados para alcanzar sus metas.
  • El 57 % de los encuestados creen que su riqueza está adecuadamente diversificada, a pesar de que mantienen un 65 % en liquidez.
  • El 68 % de los encuestados con edades comprendidas entre 55 y 64 años encuentran difícil pagar las facturas y ahorrar para la jubilación. De hecho, la cantidad media ahorrada antes de la jubilación es de 136.200 $.
  • Hay una diferencia de más de 36.000 $ anuales entre el dinero que pueden producir sus ahorros (9.150 $) y lo que les gustaría cobrar (45.500 $).

Una de las razones para esa diferencia es la falta de ahorro. El estancamiento en el crecimiento de los salarios ha dejado a muchas familias sin posibilidades de ahorrar, a pesar de que reconozcan la importancia de hacerlo. Pero otra de las razones es un exceso de conservadurismo, una réplica persistente de la crisis financiera.

En un mundo en el que no se paga nada por el dinero, y el retorno de las acciones y los bonos no es el que fue en el pasado, mantener una parte importante de los ahorros para la jubilación en liquidez puede impedir a muchos alcanzar sus objetivos financieros. Para ilustrar este aserto muestra ocho carteras, la primera de las cuales está distribuida en un 60 % en acciones estadounidenses y el 40 % restante en bonos del mismo país. Las siete carteras restantes van reduciendo en un 5 % la proporción de acciones y bonos y aumentando la liquidez en un 10 %.



Entre las dos carteras extremas, que van desde un 0 % a un 70 % en liquidez, hay una caída en la rentabilidad de un tercio, al pasar de un rendimiento anual de 3.28 % a 2 %. La diferencia de rentabilidad puede no parecer muy importante y, de hecho, ninguna de las rentabilidades mostradas es particularmente atractiva, dada la alta valoración actual de las acciones y los bonos. Pero con una inversión inicial de 100.000 $ en un plazo de 40 años, esa diferencia de 1.2 % supone 140.000 $: 363.000 $ la cartera sin liquidez frente a 222.000 $ la cartera con un 70 % de liquidez.
Para muchos jubilados, esa diferencia puede separar una jubilación tranquila de un serio problema financiero.

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