sábado, 17 de octubre de 2015

¿Invertimos cuando tenemos el dinero o esperamos una corrección para comprar?

Esa es la pregunta que trata de responder el autor 2045 Retiree en el artículo "Buying the dips: 20 years of purchasing dividend growth stocks when they are on sale" que publicó en Seeking Alpha el pasado 12 de octubre. El autor trabaja sobre los 32 valores que ya eran campeones del dividendo en 1995 y han sobrevivido hasta la actualidad (por tanto, llevaban entonces más de 25 años aumentando su dividendo de forma consecutiva y hoy, 20 años después, llevan al menos 45 años):




La hipótesis es que el rendimiento de una cartera que incluyese estas acciones compradas cuando el mercado hubiese sufrido una corrección de al menos un 20 % sería mejor que si la cartera se comprase sin atender a la situación del mercado.

Para ello, va a comparar cuatro carteras:



  1. Cartera Dividend Champion Survivor (DCS) sin criterios de compra especiales.
  2. Cartera DCS comprada sólo cuando el mercado sufre una corrección de al menos el 20 % ("Buy the dip", DCS BTD).
  3. Una cartera indexada al S&P sin criterios de compra especiales (SPY)
  4. Una cartera indexada al S&P que sólo compra cuando el mercado sufre una corrección de al menos el 20 % (SPY BTD).


Cada cartera comienza en enero de 1995 con una aportación de 1000 $. Cada mes se realiza una aportación de 1000 $. Las contribuciones y los dividendos se acumulan y se invierten el último día del mes en cantidades iguales en cada una de las acciones de la cartera. No se realiza ninguna operación para equilibrar la cartera, no hay ventas y no se tienen en cuenta las comisiones.

El rendimiento comparado de cada una de las carteras se muestra en el siguiente gráfico, tomado del artículo original.




El rendimiento numérico de cada una de las carteras es el siguiente:



Los peores rendimientos correspondieron a las carteras cuyo criterio de compra fue un retroceso en el mercado de al menos un 20 %. Este resultado pudo tener relación con el hecho de que esas carteras no compraron nada hasta el año 2001, es decir, durante seis años el dinero fue acumulándose en liquidez. Si ampliásemos el período de tiempo veríamos que el momento anterior a 1995 en el que se cumplió el criterio de un retroceso del 20 % fue en 1988. Durante 13 años, entre 1988 y 2001, un inversor que siguiese este criterio habría tenido que tener una paciencia infinita para permanecer en liquidez sin realizar ninguna inversión. De hecho, ese período de 13 años ha sido el período más largo sin retroceso desde 1950.



En cuanto a los dividendos la cartera DCS siempre produjo más que la cartera DCS BTD. Al haber permanecido ésta los seis primeros años en liquidez la producción de dividendos fue cero. El aumento significativo de los dividendos en los años 2007 y 2008 se debe a que los spin-off de Altria, Kraft y Philip Morris, se vendieron y fueron contabilizados como dividendos. El retroceso en los dividendos de la cartera DCS en el año 2009 se debe precisamente a la pérdida de los dividendos de Kraft y Philip Morris.



Al final del período de estudio, 2014, la cartera DCS BTD tenía casi 120.000 $ en liquidez. Es posible que en un retroceso del mercado pudiese comprar un gran número de acciones a precio económico, pero no sabemos cuándo se producirá ese retroceso y si sería suficiente para recuperar la diferencia en dividendos que le lleva la cartera DCS. 

Para nosotros este artículo supone un refuerzo a nuestra estrategia de aportaciones mensuales y compra de los valores más atractivos en cada momento, frente a la posibilidad de ir acumulando liquidez y comprar cuando se produzca un retroceso en el mercado. Vuelve a hacer buena la expresión de que el tiempo en el mercado es superior a tratar de sincronizar nuestras compras con el mercado ("time in the market, not timing the market").

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