La seguridad del dividendo
¿Es seguro que la compañía va a poder continuar pagando dividendos en el futuro? ¿Podrá mantener el mismo crecimiento del dividendo mostrado hasta ahora?
Si atendemos a la relación entre el dividendo y el beneficio por acción, la respuesta es positiva. El dividendo supone menos de un 50 % del beneficio por acción. La compañía podría aumentar su dividendo un 100 % y todavía no alcanzaría al beneficio por acción.
Pero ¿qué decía Alfred Rappaport? El dinero es un hecho, el beneficio es una opinión. Para pagar el dividendo, al fin una salida de efectivo de la caja de la empresa, necesitamos que entre un flujo de efectivo mayor. No sólo eso, sino que después de pagar el dinero necesario para mantener el negocio en funcionamiento, quede efectivo libre para gastar a discreción. La forma más sencilla de calcular el flujo de efectivo libre es restando del flujo de efectivo de las actividades de explotación el gasto en propiedades, plantas y equipamiento.
¿Cuál es la previsión de crecimiento del dividendo en los próximos años? David Fish considera que el dividendo aumentará un 10 % anual en los próximos cinco años. Si falla por algún lado, es por ser una previsión conservadora, dados los antecedentes.
Si sumamos el flujo de caja libre estimado en los próximos cincos años y la posición neta de liquidez en el último informe publicado, y dividimos esa cantidad entre los dividendos estimados en los próximos cinco años, tendremos el valor de la ratio de colchón del dividendo (dividend cushion ratio), un cálculo diseñado por Valuentum para dar una idea de la seguridad del mismo.
Recompra de acciones
La retribución al accionista procede del abono de dividendos y de la recompra de acciones. El número de acciones circulantes (ajustado al split), en millones de acciones, se muestra en la imagen siguiente. En diez años, el número total de acciones se ha reducido un 7 %.
- Invertir sólo en oportunidades con un potencial razonable de crear valor.
- Retornar dinero a los accionistas cuando no existan esas oportunidades de crear valor.
Hay tres razones por las que a menudo se dice que las compañías recompran sus acciones:
- Enviar al mercado una señal de que las acciones están infravaloradas.
- Obtener una ventaja impositiva con respecto al abono de dividendos.
- Permitir a las compañías alcanzar una mejor estructura de capital.
¿Cuándo una compañía debe elegir entre pagar dividendos y recomprar acciones? Rappaport dice que los dividendos se abonan a todos los accionistas registrados, quienes pueden reinvertirlos a la rentabilidad existente en ese momento. Cuando las acciones de una empresa están infravaloradas por el mercado, la recompra de acciones transfiere riqueza de los accionistas que venden a los accionistas que permanecen, y recordemos que el objetivo de la dirección debería ser maximizar el valor a largo plazo de los accionistas que permanecen. Por consiguiente, la rentabilidad que consiguen los accionistas que permanecen según el nivel de infravaloración del mercado llega a ser un punto de referencia a la hora de decidir si se usa el exceso de efectivo para pagar dividendos o para recomprar acciones.
El valor de una acción está determinado por el flujo de efectivo futuro, descontado al tipo de retorno exigido por el mercado o coste de capital. Si las acciones de una compañía están infravaloradas y los accionistas que salen desean vender a un precio infravalorado, entonces los accionistas que continúan alcanzarán un retorno mayor que el tipo de retorno exigido. Ese retorno más alto es proporcional al nivel de infravaloración del mercado. El tipo de retorno conseguido se puede calcular con la fórmula siguiente:
Rentabilidad de la recompra de acciones = Rentabilidad exigida por el accionista / (1- porcentaje de infravaloración)
La rentabilidad conseguida, dependiendo del nivel de infravaloración y para un tipo de retorno exigido del 10 %, son los siguientes:
Infravaloración (%) Rentabilidad conseguida (%)
20 12.5
30 14.3
40 16.7
50 20.0
Rappaport concluye que, en ausencia de consideraciones fiscales, coste de transacciones, y asumiendo que la señal que envían al mercado los dividendos y las recompras son similares, la recompra de acciones debería tener mayor rentabilidad que los dividendos para los accionistas que permanecen. Esto es así porque cualquier infravaloración genera retornos superiores al coste de capital para las recompras, mientras que los dividendos pueden esperar sólo una rentabilidad que sea igual al tipo de retorno exigido o coste de capital.
El programa de adquisición de acciones propias está sometido a las autorizaciones periódicas aprobadas por el consejo de dirección de Starbucks, mostrando a continuación las cifras ajustadas a splits autorizadas y la fecha de autorización:
- 2 de agosto de 2006: 50 millones de acciones.
- 3 de mayo de 2007: 50 millones de acciones.
- 30 de enero de 2008: 10 millones de acciones.
- 24 de marzo de 2010: 30 millones de acciones.
- 15 de noviembre de 2010: 20 millones de acciones.
- 3 de noviembre de 2011: 40 millones de acciones.
- 15 de noviembre de 2012: 50 millones de acciones.
- 23 de julio de 2015: 50 millones de acciones.
- 21 de abril de 2016: 100 millones de acciones.
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