lunes, 20 de noviembre de 2017

¿Qué hacemos con General Electric?

General Electric es una compañía industrial que lleva pagando un dividendo a sus accionistas desde 1899. Solo en dos ocasiones anteriores, 1938-1939 y 2009, había recortado el dividendo (datos obtenidos de la página de la compañía).

Sin embargo, General Electric anunció el pasado 13 de noviembre que recortará un 50 % su dividendo trimestral de 0,24 $, que ahora pasará a ser de 0,12 $ por acción.

 
Se atribuye al entrenador americano de béisbol Yogi Berra una
frase acerca de lo difícil que es hacer predicciones, especialmente sobre el futuro.

“It's tough to make predictions, especially about the future.”

Por contra, a los economistas se les atribuye su exactitud a la hora de hacer predicciones no tanto sobre el futuro, sino sobre el pasado. Así que ahora que ha ocurrido el recorte del dividendo, ¿era difícil haber pronosticado el pasado?
Las cifras de la empresa en los últimos años han sido horrorosas. Las ventas se desplomaron en 2015 y 2016. El ex-presidente Bush Jr. dijo en una de sus tautologías que cuando no alcanzamos el éxito corremos el riesgo de fracasar. General Electric no consiguió ganar dinero en 2015 y eso quiere decir que lo perdió.
El flujo de efectivo procedente de actividades de explotación fue descendiendo hasta hacerse negativo en el último ejercicio. Como consecuencia, el flujo de caja libre (flujo de caja de actividades de explotación menos gastos de capital) ha sido también negativo. La empresa pagó 8.806 millones de dólares en concepto de dividendos, luego ni siquiera podemos calcular el FCF payout.  

Ese dinero probablemente procedía del dinero obtenido por la venta de activos (GE Capital, Electrodomésticos), pues la compañía no aumentó su deuda. Antes al contrario, la deuda se ha reducido sensiblemente. Pese a ello, la relación entre la deuda y los fondos propios se acerca al 200 %.

Lo que no entendemos es que, estando la compañía como está, se permitiera dedicar en 2016 más de 21.000 millones de dólares a la recompra de acciones. La utilidad de la recompra de acciones puede ser más importante para el accionista que los dividendos, pero ello depende del precio al que se compren las acciones. El precio medio que pagó la empresa por sus acciones fue de 30,3 $ (informe anual 2016).
Nosotros compramos 35 acciones como parte de un experimento a 10 años (que concluirá en septiembre de 2024) para demostrarle a mi hija que la bolsa es más interesante y rentable que dejar el dinero en el banco. Después de tres años transcurridos desde la compra, esas 35 acciones se han convertido en 37 y estamos un 15 % abajo. En la elección de General Electric jugó su precio, pues necesitaba una compañía cuyo precio no fuese muy alto, de forma que sus diviendos permitiesen la compra de nuevas acciones. Algo que no podía hacer con una empresa si su cotización fuese de 100 $, por ejemplo.
Si General Electric formase parte de nuestra cartera, este recorte del dividendo la haría una firme candidata a ser vendida, tal como figura en nuestro plan de negocio. Dados los motivos especiales por los que la compramos, vamos a mantenerla los diez años comprometidos y después veremos. No descarto, ni mucho menos, que General Electric pueda al final ganar la carrera.

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