domingo, 10 de enero de 2016

Análisis: Reynolds American

Reynolds American se fundó en 2004 tras la fusión de R. J. Reynolds Tobacco y Brown & Williamson, que correspondían a los activos y negocios estadounidenses de R. J. Reynolds Tobacco Holdings y British American Tobacco, respectivamente. Opera a través de tres segmentos, RJR Tobacco, American Snuff y Santa Fe. El segmento RJR Tobacco vende cigarrillos de las marcas Camel, Pall Mall, Winston, Kool, Doral, Salem, Misty y Capri, además de Camel Snus, un producto de tabaco sin humo y varias marcas bajo licencia, como Dunhill. El segmento American Snuff vende productos de tabaco sin humo, como las marcas Grizzly y Kodiak. Por último, el segmento Santa Fe vende cigarrillos y otros productos bajo la marca Natural American Spirit. La compañía también vende cigarrillos electrónicos y vaporizadores bajo la marca Vuse; y comercializa productos para el tratamiento de la deshabituación a la nicotina, bajo la marca Zonnic en Suecia. En junio de 2015 completó la adquisición de Lorillard. Tiene su sede en Winston-Salem, Carolina del Norte.

Los ingresos de la compañía se han mantenido estables, en un orden de magnitud mayor desde la fusión con Brown & Williamson. Sin embargo, el crecimiento de los últimos cinco años ha sido de un 0.12 % anual.

Sin embargo, los beneficios han crecido a un ritmo mayor: un 5.51 % anual en los últimos diez años y un 8.07 % anual en los últimos cinco años. El dividendo ha aumentado en los últimos once años a unos porcentajes más altos, puesto que en los últimos diez años subió un 10.12 % anual y en los últimos cinco años un 8.60 % anual. El payout ha aumentado desde un 47 % hace diez años hasta el 78 % de 2014.
Más importante que la relación entre el dividendo y el beneficio por acción es la que existe entre el dividendo y el flujo de caja libre. En este caso es un poco más preocupante, porque en los últimos años es frecuente verla por encima del 100 %.

Si al dinero obtenido de las actividades de explotación le restamos los gastos de capitalización necesarios para que el negocio funcione tenemos el flujo de caja libre, el dinero que le queda a la empresa para repartir dividendos, comprar compañías, financiar programas de compra de autocartera, etcétera. Si la compañía paga más dividendos que su flujo de caja libre, necesariamente tiene que hacerlo emitiendo deuda o capital social (equity). En el siguiente gráfico vemos como, a partir de 2006, la deuda de la compañía se dispara y llega a superar al capital social: relación deuda/capital social mayor del 100 %.
En cuanto a la valoración de la acción, Morningstar le otorga tres estrellas situándola alrededor de su precio justo. Sin embargo, FastGraphs muestra una imagen de sobrevaloración, congruente con la puntuación de 1.5 en la escala de David Van Knapp. La acción paga en la actualidad una rentabilidad por dividendo del 3 %, que es más de un 50 % inferior a su rentabilidad promedio de los últimos 5 años de 4.6 %.



En resumen, se trata de una compañía perteneciente a un sector caracterizado por su estabilidad a pesar de los problemas que enfrenta, con una calificación crediticia BBB- dentro del grado de inversión. La rentabilidad por dividendo actual está alejada de su media histórica y el crecimiento del dividendo en los últimos once años está amenazado por un flujo de caja libre insuficiente. Para abonar el dividendo está viéndose obligada a recurrir a la emisión de deuda, cuya carga en los últimos años no ha cesado de aumentar hasta llegar a una relación deuda capital social superior a 1 en la actualidad. De momento, no tocar.

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